El 18 de marzo, Zapatero anunció que el gobierno español intervendría militarmente en Libia. Zapatero se reunió con Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, y, ayer día 19, rindió pleitesía al resto de imperialismos europeos en París, en primer lugar al francés personificado en Sarkozy.
Hoy, día 20 de marzo, sabemos que ya hay cuatro F-18 y un Boeing 707 cisterna, en ruta hacia Italia. Zapatero toma esa decisión antes de la aprobación legal de la intervención militar. Al mismo tiempo, sabemos que serán más de seis cazabombarderos, una fragata, un submarino y más de medio millar de militares mercenarios españoles los que participarán en la nueva intervención imperialista en el Magreb.
La dirección del PSOE, en coro con todas las direcciones de los partidos burgueses españoles, apoya la decisión del gobierno Zapatero en esta nueva intervención militar imperialista que viene a profundizar la de Afganistán en un contexto que le confiere un carácter reaccionario completamente nuevo. Zapatero afirmó el pasado 18 de marzo que “La comunidad internacional no se va a dejar engañar por el régimen libio”. ¿Se dejará engañar la clase obrera española por Zapatero?
Con las manifestaciones de la juventud saharauí en El Aaiún el pasado noviembre, comenzaba una serie de movilizaciones de masas en todo el norte África y Arabia que, en diversos grados, han construido elementos de autoorganización consejista, movilizaciones totalmente espontáneas y no controladas en su inicio por las respectivas direcciones pequeño burguesas. Un proceso revolucionario clásico en marcha ante el cual las burguesías nativas se encuentran con pocas armas políticas para enfrentarlo, viéndose obligadas, de nuevo, a convertir en algunos casos al ejército en el partido político por excelencia. Pero no ha sido suficiente: todo el orden burgués imperialista está en peligro en el norte de África y Arabia.
Esta intervención militar imperialista española está dirigida directamente a frenar, controlar y revertir este proceso revolucionario. Se trata de atajar cualquier reacción de las masas contra los ataques a sus salarios y condiciones de vida. Todas las movilizaciones, desde El Aaiún a Saná, se han producido en reacción ante el paro y el alza de precios. La misma reacción que se puede producir en el estado español contra las medidas gubernamentales antiobreras, contra la desvergonzada ofensiva de la patronal contra los trabajadores. Ya no se trata sólo de seguir garantizando al imperialismo español de tercer orden la explotación de los recursos naturales de otros países, a costa de sus poblaciones, sino de enfrentarse militarmente a la revolución en marcha.
Por ello, es obligación de las direcciones de las organizaciones que se reclaman defensoras de los intereses de la clase obrera en el estado español no babear ante la pretendida defensa de la democracia, enésima mascarada el imperialismo, sino levantar su potencial organizativo en un frente unido contra la participación del ejército español en Libia, punta de lanza en estos momentos de la intervención militar imperialista contra la revolución. La clase obrera no se dejará engañar, tampoco, por esta nueva maniobra de sus actuales direcciones contra sus intereses, intereses que coinciden con los de las masas africanas y árabes en ebullición.
20 marzo 2011
Francés: A bas l'intervention impèrialiste espagnole en Lybie!
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