Desde que la sociedad humana está dividida en clases sociales, también es patriarcal: los hombres adultos dominan a las mujeres y a los jóvenes. Desde que surgió el capitalismo, las mujeres trabajadoras, en general, han sido más explotadas que los hombres. Además, incluso donde las mujeres han ganado la igualdad jurídica, las mujeres de las clases explotadas todavía proporcionan la mayor parte del trabajo doméstico y familiar no remunerado.
En todas partes, la violencia conyugal, los "asesinatos de honor", el acoso sexual y la violación tienen como víctima principal a las mujeres. La mitad de las mujeres asesinadas en el mundo lo son a manos de un pariente. La descomposición mafiosa (como en México) y las guerras reaccionarias (como en Siria, Irak, Afganistán ...) se ensañan con ellas especialmente. Las víctimas de la prostitución forzosa son mayoritariamente mujeres (entre 400,000 y 1,6 millones de niñas y mujeres cada año). Existe el matrimonio forzoso de las niñas y la mutilación sexual (entre 100 y 140 millones de mujeres en todo el mundo han sido extirpadas o infibuladas).
El ataque sistemático a los servicios públicos por parte de todos los gobiernos desde las crisis capitalistas mundiales de 1973 y 2009 las afecta directamente. El ascenso del clericalismo en todas sus formas (cristiano, musulmán, hindú, budista ...) refuerza la opresión. Algunos países están experimentando regresiones: Erdoğan desalienta la anticoncepción y el aborto en Turquía, Trump está en contra del aborto en todo el mundo, Putin despenaliza la violencia conyugal en Rusia ...
Las mujeres siempre han sido una parte componente del trabajo asalariado a pesar de la hostilidad de todo el clero. En los países desarrollados representan más de la mitad de los trabajadores asalariados. Pero su distribución sigue siendo desigual según las ramas y los oficios. Siguen estando peor pagadas que los hombres y son especialmente víctimas de la precariedad, el trabajo a tiempo parcial y el desempleo. La mayoría de las tareas domésticas recae sobre ellas en el seno de su familia.
Así como la lucha contra la opresión nacional no puede dejarse en manos del nacionalismo burgués y pequeño burgués, la lucha contra la opresión de género no puede dejarse en manos del feminismo burgués y pequeño burgués, que o bien enfrenta de manera reaccionaria a las mujeres y los hombres. o simplemente se limita a peddir más puestos de dirigencia política o de directivos de empresa capitalista. Un ejemplo es la campaña #metoo, que empezó con la denuncia legítima de violación de actrices por parte de un productor de cine. Algunos la usan para reactivar una moral conservadora que iguala cualquier propuesta sexual fuera del matrimonio con la violencia. La otra deriva aberrante consiste en presentar a un puñado de capitalistas que abusan de su riqueza y poder como representativos de todos los hombres.
El 8 de marzo es el resultado de un llamamiento de la Internacional Obrera (1889-1914) y en particular de la actividad de Clara Zetkin, marxista, revolucionaria e internacionalista. La Revolución Rusa (1917) otorgó el derecho al voto a las mujeres, legalizó el aborto, garantizó la educación de las niñas, facilitó la extensión de los derechos de voto a otros lugares (en Gran Bretaña, Alemania ...). La Revolución española (1936) hizo más por la emancipación de las mujeres que todos los partidos republicanos anteriores. Por el contrario, las contrarrevoluciones (fascismo en Italia, estalinismo en la URSS, nazismo en Alemania, teocracia en Irán ...) significaron la humillación de las mujeres y un salto hacia atrás.
Hoy, en todas partes, las mujeres trabajadoras se levanten: están a la vanguardia de las luchas contra la opresión de la que son víctimas (como las manifestantes iraníes, polacas, estadounidenses …) ; participan en la lucha contra la opresión nacional y la xenofobia (como las combatientes kurdas, las activistas inmigrantes, las que apoyan a los inmigrantes ...) y la lucha contra la explotación (como activistas sindicales de base en Bangladesh y en todos los países).
El capitalismo no puede lograr la igualdad real entre los sexos porque la burguesía usa el patriarcado para dividir a los oprimidos y beneficiarse indirectamente del trabajo doméstico gratuito de las mujeres.
La lucha por la emancipación de las mujeres debe ser una cuestión del movimiento obrero. Los sindicatos y los partidos de trabajadoras y trabajadores tienen la responsabilidad de luchar contra el machismo dentro de ellos y en la sociedad, y de tomar la iniciativa en la lucha de las mujeres por la emancipación. Solo la construcción del socialismo mundial finalmente erradicará el machismo.
¡Igualdad jurídica total entre hombres y mujeres! ¡Separación de las religiones y el Estado! ¡Enseñanza mixta y laica!
¡Igualdad salarial! Creación masiva de estructuras gratuitas y de calidad para el cuidado y la educación de las niñas y niños de edad infantil !
¡Contracepción libre y gratuita! ¡Derecho y gratuidad total del aborto, también para las menores de edad !
CoReP
Internaciema Kolektivista Cirklo (IKC)
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